Los celos y el culo

    Debe haber una gran cantidad de tesis dando vueltas sobre los celos, ese sentimiento tan prosaico y muchas veces dañino para las relaciones humanas y no humanas. Incluso los perros son celosos. Algunos escépticos argumentan que las plantas también. Nunca he profundizado en el tema desde un punto de vista psicológico o sociológico porque, ¿sabes ese momento en el que la urgencia es apagar el fuego y no averiguar qué lo provocó?

    Sin embargo, no es necesario ser profesor para saber que la baja autoestima es uno de los pilares que sustentan la conducta celosa. La gran mayoría de los afectados padecen los males de menor valor. Por lo tanto, de más está decirlo, pero a medida que el ego se fortalece –terapias, nuevas propuestas de trabajo, un nuevo corte de cabello, interminables clases de Pilates, cirugía plástica o simplemente una juiciosa introspección sobre sus verdaderas cualidades–, los celos feroces se van domesticando porque el “otro” regresa. ocupar el lugar del “otro”. el no eres tu Él no te completa ni otras tonterías. Como otro, es un organismo independiente que sobrevive por sí solo. ¡Sorpresa! – también sigues viviendo sin él.



    Neutralizar los celos es una batalla de estrategias. Y, la ventaja sobre los perros y las plantas es que tenemos una posibilidad de éxito al tratar de controlar los celos malsanos. Entonces, si no eres un helecho y eres una mujer (sí, es una charla de chicas), sigamos adelante.

    Un ejercicio interesante es pensar en las consecuencias prácticas de la reacción celosa. ¿Qué gano con tener un arrebato de celos? Además de convertirte en una mujer más histérica en las estadísticas y crear un clima, tu bonificación será cero. Tratemos de entender por qué:

    SITUACIÓN UNO: Tu marido/novio mira el culo de una mujer caliente en la calle, dándole la famosa rotura de nuca. Te das cuenta y cierras la cara. Ella maldice y deja en claro que la situación la ha irritado. Muchas mujeres -incluidas- lo tratan como una falta de respeto. es sin embargo. Sin embargo, el respeto debe ofrecerse por su propia voluntad y no por citación. Volviendo al ejemplo, ¿cómo crees que reacciona el hombre?



    Los celos y el culo(A) Justifica que no miraba “nada” y que la mujer vio demasiado, al tiempo que reflexiona que necesita ser más discreto al admirar traseros.

    (B) Guarda silencio porque sabe que al tratar de justificarse, el ataque puede ser peor y más duradero. Recuerda que la vida de soltero es mucho mejor: te dejan ver cuantas colillas pasan y sin represalias

    (C) Después de la llamada, el hombre es penalizado, le da un beso de película a la mujer y piensa: “qué tonto que estaba mirando a ese bombón, con una mujer completa a mi alcance” y jura no volver a cometer semejante tontería.

    Si respondiste alternativa C, mi sugerencia es no continuar. Opta por Alicia en el país de las maravillas. Pero, si al menos has considerado que las reacciones descritas en las alternativas A y B son probables, sigamos adelante.

    La reflexión aquí es: no hay absolutamente ninguna ventaja en presentar una reacción celosa, que involucre blasfemia, ceño fruncido y mal genio. Buenos traseros están en todas partes y saldrán ilesos incluso cuando no estás en guardia. Lo que debemos presentarle al socio es una buena razón por la que él piensa que mantener tu trasero, y el resto del trabajo, vale la pena. El amor y la admiración van de la mano y no es de extrañar que las mujeres se sientan amenazadas por los culos ajenos.

    Ahora considere otra situación:

    SITUACIÓN DOS: Tu marido/novio mira el culo de una mujer caliente en la calle, dándole la famosa rotura de nuca. Obvio te das cuenta, aceptas que es un culo bastante bueno, pero piensas que no sirve de nada hacer una escena, no hagas ningún tipo de comentario y sigue la conversación con normalidad. Ante esto, ¿crees que tu pareja:



    (A) Es extraño que no digas una palabra o frunzas el ceño ante el obvio cuello roto, pero imagina que lograste ser tan discreto que la engañaste.

    (B) Crees que el tema fue tan interesante que ni siquiera tú pensaste que estaba bien interrumpir la conversación para pelear.

    (C) El culo de la chica ni siquiera era tan bueno y no te sentías amenazado.

    (D) Todo lo anterior.

    quien contesto la alternativa "RE" corre el riesgo de ser golpeado. No es la primera vez que logra superarlo, pero tal vez la tercera o cuarta vez. La importancia que le damos a situaciones mundanas como estas muestra nuestra naturaleza insegura. Y, la inseguridad no alimenta buenos sentimientos en nadie. Tu trasero podría incluso ser mejor que el del transeúnte. Pero el hecho de que hagas una escena frente a tu pareja mirando el culo de otra persona dejará en claro que no confías en tu señal. Y tu trasero se devaluará. Así sucede en el parqué de la Bolsa de Valores. Sin doble sentido.

    Por otro lado, recuerdo el testimonio de un joven, en una revista para hombres, que recordó un romance posterior a la balada, que terminó en un motel. Recordó que la niña, al mirarse desnuda en el espejo, se repetía a sí misma en tono confiado: “¡Qué culo tan bonito! No hay ninguno igual”. El autor del texto explicó que ni siquiera recuerda si el trasero de la niña era todo eso. Pero solo el recuerdo de ella admirándose a sí misma ya alimentaba sensaciones lascivas.

    Pero claro: entiendo que muchos hombres son realmente buenos para sacar lo peor de nosotros, incluidos los instintos asesinos. En este caso, el análisis es aún más bajo: ¿qué haces en esta relación? ¿Vale la pena tener un mal presentimiento con cada culo que pasas? ¿Vale la pena sentirse en un estado de eterna vigilia? Una cosa te garantizo: tus ataques o vigilancia no cambiarán el carácter de nadie. Entra en una relación para ser feliz. O ni siquiera entrar.



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