Con la edad y el envejecimiento pueden aparecer líneas de expresión en nuestra piel formando arrugas. Surgen con el movimiento de los músculos de la cara, la llamada expresión facial.
Hay varios factores para que una línea de expresión se vuelva permanente. En algunos casos, es el resultado de la pérdida natural de colágeno en la piel (la proteína responsable de la firmeza del tejido) y también por el exceso de exposición solar.
Las arrugas aparecen con mayor intensidad en las regiones más concurridas del rostro como la frente, los ojos y la boca. Existen tres clasificaciones de arrugas: la primera son las denominadas “sin arrugas”, donde el individuo no presenta ningún tipo de marca facial, las “arrugas dinámicas”, que aparecen con las expresiones faciales y las “arrugas permanentes” cuando se aparecer en la cara misma, sin ningún movimiento de la cara.
Cristina Cairo afirma en su libro que la Las arrugas simbolizan las marcas que aparecen a lo largo de nuestra vida. El autor afirma que pueden aparecer con mayor frecuencia en pacientes que tienen un estado emocional pesado y tienen la paz mental perturbada.
Arrugas según Cristina Cairo
Simbolizan las marcas de la vida. Cada línea tiene su historia en la mente del creador. Por ejemplo, cuanto más nos canse la vida, más líneas aparecerán en la cara, y cuanto más veamos envejecer el mundo, más envejeceremos.
Para no tener arrugas, primero es necesario creer que la paz mental es responsable de la belleza del alma y del cuerpo. No permitas que te entren emociones fuertes, ya que te harán tensar los músculos de la cara sin darte cuenta. Esto dejará marcas que solo desaparecerán con la cirugía plástica. Suaviza profundamente las emociones y haz que la belleza de la paz se proyecte en el rostro.
Cree en la eterna juventud de tu piel y sabe que cada pensamiento de tristeza y odio se reflejará en tu rostro, somatizando las líneas. Por otro lado, amar profundamente a las personas, los animales y todo lo del cielo y la tierra te hará cada vez más “cara de bebé”.
No basta con amarlo todo, también es necesario no ver los problemas de la vida como una tragedia. No sobreestimes los acontecimientos, porque es nuestra forma de creer en ellos la que da vida a los problemas. Lo que es terrible para algunos es simplemente normal para otros. Vemos las situaciones de acuerdo a las imágenes que creamos en nuestro mundo interno: un mismo problema es visto de diferentes maneras por diferentes personas, porque sus experiencias también son diferentes. Por lo tanto, sonríe alegremente sin miedo a crear arrugas, porque lo que las crea es una sensibilidad exagerada a las cosas desagradables.
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Comienza a ver la belleza en todo. Haz como Jesucristo, que cuando vio un perro muerto, admiró el arco dentario del animal, mientras algunos de sus discípulos se quejaban del olor a carne en descomposición.
Ser niño, mirarlo todo con ojos nuevos, ser inocente (no ingenuo) es un don que Dios ha dado a todos y en ninguna parte está escrito que el hombre deba endurecer su corazón al llegar a ser adulto. Por el contrario, en la Biblia está escrito: “De cierto te digo que a menos que te conviertas y te vuelvas como un niño, de ningún modo entrarás en el reino de los cielos”. (Mateo, 18:3).
