La importancia de volverse inútil

    Hay días que me congelo, mi cabeza no funciona para nada, a veces se congela durante semanas. Luego deambulo, solo el cuerpo, ni siquiera sé adónde van la mente y el alma. Ni siquiera produzco. Cuando digo 'bloqueo', me refiero al 100% de bloqueo. Para aquellos que trabajan principalmente con la mente, es difícil, no funcionamos.

    Esto pasó estos días, me estrellé. Esta vez debo haberme quedado unas tres semanas. Suena como una charla perezosa y una excusa.


    Incluso podría serlo.


    Pero mientras nadie demuestre lo contrario, prefiero creer que me estrellé.

    Cuando se trata de producción, tenemos tres caminos: producir y trabajar, frenar o procrastinar. La procrastinación es una delgada línea entre parar y producir. No todo el mundo sabe cómo procrastinar. Es un arte, o una ciencia, pero sin duda es un campo que merece mucha atención.

    La gente tiende a demonizar a los que no hacen nada, a los que postergan, a los atascados, a los improductivos. Realmente queremos trabajo duro, gente adicta al trabajo, lo que queremos es que Bel Pesce se despierte a las 6 am y se vaya a dormir a las 0:50 am.

    Envidiamos a los que corren temprano, alrededor de las 7 am, antes de ir a trabajar. Entonces trabaja bien, y solo almuerza ensalada y proteina, y cuida de la familia, sus facturas son domiciliadas y sigue teniendo una vida social envidiable. Lo vemos y pensamos: “Vaya, cómo esa persona tiene una vida activa, exitosa”. La gente luego piensa: “Qué tonto soy, quedándome quieto. El sábado no puedo salir de casa, me quedo en la cama”.

    La importancia de volverse inútil

    Ya pensaba que era improductivo, pasé por entrenamientos de coaching, vi webinars y me ejercité para aumentar mi concentración, dormí con mi celular para levantarme temprano y correr, hice el almuerzo con bistec de soya y queso blanco. Incluso leí un libro de autoayuda escrito por un ejecutivo.



    Tonterías, todas las tonterías. Un día descubrí que esta producción de alto rendimiento y trabajo duro es una tontería.

    Puedo (y quiero) dormir más.

    Tenemos que dejar de ocupar nuestro tiempo al 100%. Arrojando actividad en cada ventana de nuestro día. Las ventanas, por cierto, son geniales. Son las ventanas que nos muestran otros caminos, otras posibilidades, otros horizontes. Las ventanas son necesarias.

    Es la ociosidad, la procrastinación y la lucha lo que nos permite crecer. Te garantizo lo siguiente: tómate tu tiempo por completo y entrarás en automático.

    Por si fuera poco, empezamos a ocupar el tiempo de los niños. Da clases de ballet, taekwondo, inglés, curso de matemáticas, juegos didácticos, escuela, eucaristía y todo lo demás.

    “Cabeza vacía es el taller del diablo, hihi”, repite la madre mientras matricula al niño en el curso de emprendimiento infantil. Deja al niño desocupado, deja este taller -sea quien sea- vacío. Deje que el niño se vea perdido, imagine otra cosa, no imagine nada, no haga nada, haga mucho.



    Vuélvete inútil sin miedo. Disfruta leyendo este texto en el mejor lugar del mundo para procrastinar y empezar ahora mismo. Sugiero, por cierto, Youtube. Es un buen comienzo.

    Añade un comentario de La importancia de volverse inútil
    ¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.

    End of content

    No more pages to load