La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a más de 15 millones de personas mayores de 60 años en todo el mundo.
La enfermedad provoca el declive de las funciones intelectuales, reduciendo el rendimiento del paciente en todas sus funciones cotidianas y en su personalidad.
En la etapa inicial, la enfermedad afecta la memoria reciente del paciente, evolucionando, en el estado más grave, a dificultades de atención, orientación, comprensión, lenguaje y puede conducir a la muerte.
En su libro, Cristina Cairo afirma que las víctimas de Alzheimer pueden haber enfrentado grandes frustraciones a lo largo de su vida.
Mal de Alzheimer por Cristina Cairo
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad que lleva el nombre del neurólogo alemán Alois Alzheimer, que vivió en el siglo XIX.
Se manifiesta alrededor de los cincuenta años como una demencia caracterizada por un profundo y masivo deterioro de la inteligencia, asociado a desorientación temporal y espacial.
Daniel G. Amen, neurólogo y psiquiatra estadounidense, autor del libro 'Transforma tu cerebro, transforma tu vida', concluyó a través de sus estudios de radiografías cerebrales que estos pacientes tienen una disminución de la actividad de la perfusión (paso de líquido, incluida la sangre, a través de un órgano). en los lóbulos temporales y una disminución de la actividad en los lóbulos parietales, que a veces se encuentran en estos cerebros, de tres a seis años antes de que aparezcan los síntomas. También garantiza que puede ser difícil distinguir si se trata de la enfermedad de Alzheimer o la depresión, ya que los síntomas son muy similares.
La medicina convencional sigue considerando incurable esta enfermedad, aunque existen remedios específicos que consiguen estabilizar, durante un tiempo, el funcionamiento de las partes del cerebro afectadas.
La medicina china y los estudios psicológicos de la correlación de las enfermedades con los patrones mentales humanos muestran que la enfermedad de Alzheimer ocurre en personas que han insistido toda su vida en no aceptar la vida tal como es. De hecho, siempre han tratado de controlar a su manera los hechos o pensamientos de los demás, pero, cuando se les contradecía, acababan generándose frustración e ira.
Todos sabemos lo difícil que es para alguien oponerse al libre albedrío de otra persona, ya sea mediante críticas o sugerencias.
Por lo tanto, la única salida para quienes se resisten a cambiar su forma de ver la vida es empezar a olvidarla, lo que revelará otro extremo de su ego controlador e indefenso. Estas personas pierden inconscientemente la esperanza de transformar el entorno en el que viven y entran en un estado de demencia para relajarse.
Aconsejo a los familiares y amigos de las personas mayores con esta condición que les hablen con normalidad, mostrándoles nuevas formas de percibir los acontecimientos. Intenta contarles historias divertidas y tiernas para estimular su buen humor. Debes hablarles del perdón y de la alegría de vivir, pues necesitan aprender a soltarse para alcanzar su propia libertad.
Entiende que mientras la conciencia escapa a los procesos de la vida por los extraños caminos de la amnesia, la demencia, las drogas o el sueño, el inconsciente humano permanece intacto y activo en su ritmo instintivo de emociones y necesidades fisiológicas y biológicas.
Trate de comprenderlo tratándolo con amor y paciencia, incluso si es violento y olvidadizo, ya que este comportamiento es típico de su obstinada resistencia a aceptar ayuda. Sabe, inconscientemente, que esta ayuda ciertamente lo curará, lo que lo obligaría a tener que dar a torcer su brazo en contra de su voluntad.
Estimado lector, para combatir este orgullo ciego sólo hay un camino: amarlo sinceramente y comprender que la enfermedad de Alzheimer fue el único camino que encontró para su supervivencia, ya que sus creencias erróneas están muy arraigadas en su mente. Habla con tu subconsciente como si estuvieras hablando con una persona normal, que en realidad lo es, solo lleva miedos más grandes que su voluntad.
Así que ignora las apariencias y ama tu esencia.
Si todos los miembros de la familia lo tratan con mucho amor, no como a un enfermo, sino como a una persona sana, se dará cuenta en su propia alma que vale la pena recordar a sus seres queridos.
Ojo con lo que se piensa al respecto, porque el inconsciente colectivo tiene mucho más poder de transmisión que el verbo.
No dudes de lo que todavía no tienes pleno conocimiento, las cosas no son exactamente como las vemos con los ojos físicos. Tu pensamiento es un arma poderosa, por lo tanto, para ayudar a alguien solo será posible hacerlo con verdadero amor en tus pensamientos, con tus palabras y tus actitudes. Haz que capture tu amor por cada poro y aprende que la edad no impide que nadie progrese y construya sueños para el futuro. El futuro puede ser tan largo como creas.
Cabe señalar que el índice poblacional de personas mayores activas mayores de cien años crece cada año en todo el mundo, especialmente en los países del Este.
Si tienes un familiar, amigo o conocido con la enfermedad de Alzheimer, necesitas creer, de todo corazón, que vale la pena colaborar para que se recupere y transforme su vida a mejor.
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El perdón, el desapego y el amor sin imposiciones son las herramientas ideales para reconstruir una vida.
Así que deja que tu conciencia experimente la libertad de liberar a tus familiares sin miedo y sin culpa, y verás cuánto limitaba tu comportamiento anterior el desarrollo de las personas que te rodean y tu propia libertad para evolucionar.
